jueves, 28 de enero de 2010

AUTOPISTA DEL CAFÉ, EL GRAN ROBO.

EL ENGAÑO DE LA AUTOPISTA DEL CAFÉ

Por Humberto Tobón y Tobón[1]

Quedé pasmado cuando leí la noticia de que la Presidencia de la República expediría un decreto aprobando un otrosí al contrato de concesión de la Autopista del Café, autorizando una adición en el presupuesto de obra por 110 millones de dólares y ampliando el plazo de dicha concesión hasta 2032. Este es un nuevo capitulo de una historia del absurdo.

La historia comenzó cuando en el gobierno de Ernesto Samper se adjudicó la concesión para la modernización de la vía que une las ciudades de Armenia, Pereira y Manizales y donde el ganador se apalancaría con los dineros recaudados del peaje, transferencias del presupuesto nacional y algunas inversiones que él haría, con el mínimo riesgo posible.

En otras palabras, los usuarios de la vía y los ciudadanos colombianos a través de los impuestos, pagaríamos más del 70% del costo de esta “Autopista” y a cambio le entregaríamos al concesionario la posibilidad de que la explotara íntegramente hasta 2026, fecha que ahora se ampliará hasta el 2032.

Luego de doce años encontramos que esta carretera está ejecutada a pedazos. Que ha tenido graves problemas en su consistencia estructural. Que avanza a pasos de tortuga. Que es un ícono de la ineficiencia administrativa, de la falta de transparencia de una empresa del sector privado, de la inoperatividad del Estado y de la abulia ciudadana. Y donde Pereira es la ciudad que lleva la peor parte de este exabrupto de la ingeniería nacional y de la improvisación pública.

Para terminar esta vía hacen falta muchas cosas, como construir la Variante Sur. Hacer los estudios de la conexión entre Punto 30 y la Terminal de Transporte. Determinar cómo ejecutar y financiar la conexión entre La Postrera y Santa Rosa de Cabal. Ejecutar la conexión del tramo entre El Jazmín y la Troncal de Occidente.

Pero al caído caerle. Se acaba de hacer pública la noticia de que aun no están comprados todos los predios en el municipio de Santa Rosa y que esta tarea le corresponde a la Gobernación de Risaralda.

El gobierno nacional y la concesión le han tomado el pelo a los risaraldenses. Y con toda seguridad, esta “Autopista” no estará terminada al finalizar esta década. Porque como dijo un funcionario de segunda categoría del Inco en reciente visita a Pereira, aun no hay fechas exactas para la expedición de decretos, ni para los cierres financieros, ni para el comienzo de las obras que aun faltan.