martes, 21 de diciembre de 2010

Petro debía ser el presidente del POLO, razones obvias.

Obvio que Petro debe ser el presidente del POLO:




Es lo lógico y lo esperable desde el mismo instante en que ganó la consulta al interior de los miembros del partido a nivel nacional, como sucede por principio en cualquier partido político luego de una contienda similar.

Y son los mismos protagonistas del inmediato boicot los que salen a contradecir a Petro y a tildarlo de rueda suelta, por el único y obvio pecado de seguir liderando la vocería de unos electores que lo designaron como tal.

Al parecer, Gustavo debe someter-se a las paquidérmicas costumbres doctrinarias cuasi militares de obediencia similar a la cadena de mando de cualquier organización guerrerista y "sopesar" en la balanza de la verdad del oráculo marxista cada una de sus apreciaciones respecto a su manera de ver la realidad social de nuestro país.

Definitivamente, el egoísmo ciego del sectarismo secular rojo prefiere perder el poder, que permitir la victoria en cabeza de un "impuro" socialista. Y son esos que tanto atacan a Petro de consentir las alianzas estratégicas, quienes se nutren y auto perpetúan con los votos de sus alianzas regionales. Por esa misma razón, la de elegir a los menos íntegros, preparados y comprometidos con una verdadera revolución, se han logrado colar unos personajes como los Moreno en Bogotá, que lo único que han obtenido es fraguar el desprestigio de un partido hasta ahora libre de acusaciones de robo o peculado para utilizar un silogismo.

Petro es, por derecho propio el líder del partido, gústele al que le guste. Y de ese tamaño es la brecha en el POLO.

Y de no ser así, declarado y aclamado en la próxima reunión del comité ejecutivo nacional, deberá tomar las riendas de su propio camino y montar tolda aparte. Y su primer función al ser ratificado como presidente del POLO, deberá ser la abolición de la figura autonómica del comité ejecutivo nacional, por un organismo asesor e investigador de la problemática nacional y de "soluciónica" de la misma, más que permitir que siga ejerciendo las funciones de oráculo crustáceo multitentacular.



Viva Gustavo Petro

Viva la Nueva Izquierda Democrática.



Viva el debate local sobre este y sobre muchos otros temas más del acontecer político al interior del POLO.



Douglas Montañez Yaspe.

www.yaspe.wordpress.com























Esta propuesta fue elaborada con conocimiento de Gustavo Petro. Busca que el grueso de la gente se percate de una cuestión de fondo: la necesidad de que el Polo reconozca el liderazgo jugado por su candidato presidencial y principal vocero. En buena medida, el propio papel futuro del PDA depende de ello. La idea es que, antes de la reunión del próximo viernes del Comité Ejecutivo Nacional del Polo, aparezca firmada por miembros del Comité Ejecutivo Nacional del Polo, parlamentarios, concejales y dirigentes del Polo. El consentimiento para que aparezca la firma puede informarse a este correo. Hay que difundirla lo más ampliamante que sea posible una vez que tenga un buen número de firmas.



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Petro debe ser el presidente del Polo



Hay de nuevo inevitables expectativas por el futuro del Polo y una crucial discusión de fondo. Unas y otra se han desatado a raíz de la carta de Gustavo Petro al presidente electo, Juan Manuel Santos, proponiendo un proceso de discusión pública que ventile las soluciones de problemas tan neurálgicos como la tierra, las víctimas de la violencia, y el agua. Como lo escuchado hasta ahora al respecto parece más enfocado sobre el aspecto procedimental y estatutario de la propuesta de Petro que en lo sustantivo de la misma, y como el asunto atañe sin remedio a la cuestión nada adjetiva de la unidad del Polo, parece conveniente reparar en el antecedente inmediato de la actual situación y, sobre esa base, proponer una salida.



El 27 de septiembre del 2009, contra todos los pronósticos, Gustavo Petro gano la consulta del PDA para escoger candidato presidencial con 223.000 votos. Dadas las reglas de juego del Polo, con aquel resultado debía suponerse que quedaba resuelta, al menos para las presidenciales del 2010, la prolongada polémica librada en las filas polistas no sólo sobre el candidato sino alrededor de si para dichas elecciones el PDA debía participar o no en una coalición programática y promoverla activamente, o abstenerse de hacerlo. Es decir, que habiendo ganado Gustavo Petro en franca lid la candidatura presidencial del Polo, propugnando una amplia política de alianzas bajo el lema de “Acordemos el futuro”, era de esperar que el candidato escogido democráticamente y su programa guiasen la campaña del PDA por la presidencia de la república en 2010. Pero desafortunadamente no fue así: varios sectores decidieron un boicot que no por no declarado fue menos efectivo. El mismo se extendió durante toda la etapa de las elecciones de Congreso hasta casi mediados de abril de este año, cuando algunos de los sectores que le habían negado su apoyo resolvieron vincularse a la campaña.



La negativa a cumplir la decisión derivada de la consulta se justifico esgrimiendo varios argumentos. Que Petro cumplía el oscuro encargo de la derecha de llevar la izquierda a conciliar con el gobierno de Uribe y de dividir al Polo[1]; que había ganado la consulta con el apoyo del uribismo[2], y otras invectivas más de ese jaez. También se dijo, ya en desarrollo de la campaña presidencial, que la izquierda no tenía candidato propio puesto que la mayoría de los aspirantes eran de centro y coincidían con el gobierno en la política de seguridad democrática[3]. Al parecer, para los sectores del Polo autores de semejantes afirmaciones nada significaba que hubiese sido precisamente Petro quien con sus debates en el Senado y con otras actuaciones públicas iniciara en firme, y con repercusiones irreversibles, la denuncia de los crímenes del paramilitarismo y de los nexos del gobierno Uribe con los mismos. La cuestión de fondo en lo relativo a las reglas de juego que rigen la vida del Polo reside en que aquí se configuró, claramente y sin paliativos, un desconocimiento flagrante y hasta ahora no explicado, y ni siquiera abordado, de un resultado de tanta importancia como el relativo a una consulta ciudadana convocada por el Polo a propósito de la escogencia de su candidato presidencial. Y es claro que sobre esta base difícilmente puede fincarse una duradera unidad.



Esta actitud contrasta vivamente con el precedente constituido por la anterior elección de candidato presidencial del Polo, la de Carlos Gaviria. Entonces, los sectores que habían respaldado otra candidatura en la consulta del Polo, la de Antonio Navarro Wolff, acataron sin reservas el resultado y el PDA en su conjunto se movilizó a la campaña presidencial del 2006. Luego de las presidenciales de ese año, quien había representado al Polo en las mismas, Carlos Gaviria, pasó a desempeñar la presidencia del Polo. Este precedente, como el de la consulta del 2009, vienen al caso hoy cuando desde la dirección del Polo se ventila quién observa y quién no las normas que rigen el funcionamiento del PDA y el desempeño de sus dirigentes. Y particularmente, respecto al asunto de quién debe asumir la presidencia de la colectividad.



Tanto por el conocimiento de los problemas del país como por la capacidad demostrada para formular la salida a los mismos, al igual que por la considerable votación obtenida en las pasadas elecciones presidenciales, Gustavo Petro se ha ganado el reconocimiento de los colombianos de todos los sectores. Si por el momento el Polo no ha obtenido el apoyo mayoritario del pueblo, con la campaña presidencial de Gustavo Petro va quedándole claro a muchos sectores del país que su liderazgo expresa las soluciones nacionales de la más avanzada fuerza de la democracia colombiana. La audaz propuesta formulada públicamente por Petro a Santos lo corrobora. Nada más natural y merecido, entonces, −y habida cuenta de los antecedentes en la materia− que el PDA haga lo propio, es decir, que de manera unánime nuestra dirección nacional le ofrezca la presidencia del Polo.



Bogotá, 1º de julio de 2010





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Notas



[1] Según este punto de vista, los problemas del Polo devienen de que “la derecha desde afuera apostó a desvirtuar el carácter político del Polo como proyecto alternativo de izquierda democrática, y los socialdemócratas desde adentro asumieron el desafío de cooptarlo o dividirlo, todo al servicio de una política de conciliación de clases”. En este orden de ideas se identifica a Gustavo Petro como a quien “lideró los sectores de centro-derecha y socialdemócratas”, el mismo que luego del “equivocado proceso” de la consulta ciudadana del Polo para escoger candidato presidencial “anarquizó al partido y deslegitimó las decisiones de su último congreso, convirtiéndose él mismo en una caricatura política, enarbolando una propuesta para hacer una oposición de mentiras, de uribismo sin Uribe y de paso avanzar en su estrategia de detener el avance del Polo como partido de la izquierda democrática.” Cfr. Declaración de los socialistas en el Polo,“La alternativa es el socialismo-Tesis políticas”, marzo 2010.

[2] “La derrota de Carlos Gaviria en la mencionada consulta” se lee en una declaración que se identifica como de los “socialistas del PDA”, no fue resultado de la escogencia democrática de los integrantes del Polo y de sectores progresistas interesados en su suerte sino de “la campaña de descrédito atizada desde el establecimiento a través de los grandes medios de comunicación, quienes presentaron a Gustavo Petro como su candidato favorito, haciéndolo ver como un político moderado, sensato, amplio y vocero de la ‘Izquierda Moderna’, desplegando a la vez una cruzada mediática contra Carlos Gaviria, haciéndolo ver como el candidato de la extrema izquierda y de los grupos sectarios y radicales, cercano o aliado del terrorismo, figura de la ‘Izquierda Tradicional’, negado a las alianzas con grupos y sectores de la política tradicional y, de remate, aliado del clientelismo de la alcaldía de Bogotá.” Cfr. Declaración de los socialistas en el Polo,“La alternativa es el socialismo-Tesis políticas”,Ob.Cit.

[3] Preguntado por una periodista del diario Página 12, de Buenos Aires, en qué coincidían todos los candidatos en Colombia, Carlos Gaviria respondió : “–Por ejemplo, en la seguridad democrática, la política de Uribe para enfrentar a las guerrillas. No importa el deterioro enorme de los derechos humanos ni los cientos de casos confirmados de falsos positivos (campesinos y jóvenes asesinados que el ejército hacía pasar por guerrilleros). Hasta Petro dice que él seguiría el camino de la seguridad democrática.” Luego agrego el mismo Gaviria que “El propio candidato del Polo adoptó una actitud de centro, desmarcándose de la izquierda.” Cfr. “Uribe embrujó a los colombianos”, entrevista a Carlos Gaviria, Página 12, de Buenos Aires, marzo 19 de 2010.